lunes, 1 de octubre de 2018

Hatshepsut - Faraona de Egipto

¡Buenos días rockers!

Como sabéis, mujer y poder son dos términos que han ido unidos pocas veces a lo largo de la historia, pero la gran faraona de la dinastía XVIII de Egipto es una excepción, ya que destacó por su gran inteligencia política y su voluntad de poder.

¿Queréis conocer su historia? ¡Adelante!

El misterio envuelve la vida fascinante de la faraona Hatshepsut. Nació en la ciudad de Tebas, hija de Tutmosis I y Ahmose, pertenecientes a una rama secundaria de la realeza. Cuando no tiene más de 8 o 9 años, el faraón Amenhotep I muere sin descendencia. Entonces, su padre es designado faraón del Imperio Egipcio y la pequeña se convierte en princesa real. Tutmosis I se entrega a la guerra y, en 13 años de reinado, expande sus tierras hasta el río Éufrates. Cuando repentinamente fallece, Hatshepsut ocupa el trono.

Sin embargo, una conjura palaciega, liderada por el poderoso arquitecto real Ineni, logra apartarla y colocar a su hermanastro Tutmosis II, obligándola a casarse con él, convirtiéndose así en reina consorte. El orgullo de la joven está fuertemente herido, la idea de supeditarse a su marido le es insoportable, ya que su sangre es muy noble y además goza del título de Esposa de Dios: Hatshepsut, "la que está a la cabeza de las damas nobles, unida a Amon". No está dispuesta a que le pasen por encima.

Tutmosis II muere repentinamente. Com Hatshepsut no tiene un hijo varón sino una niña, se plantea una crisis de sucesión. El maquiavélico Ineni vuelve a maniobrar para colocar a Tutmosis III, un hijo que el faraón fallecido había tenido con una concubina.

Hatshepsut acepta el cargo de regente, ya que el nuevo faraón es muy pequeño para gobernar. Cuando llega el momento, la joven, inteligente y ambiciosa, da un golpe de Estado y coloca a sus allegados en los puestos más importantes. El poder es completamente suyo. 

Al cabo de 7 años, cambia su nombre por el de Maatkare Hatshepsut y comienza a mostrarse como única soberana de Egipto, adoptando los atributos de un faraón -la barba postiza y el tocado nemes- y los epítetos reales masculinos de Rey del Alto y Bajo Egipto y Señor de las Dos Tierras. Su mandato fue fundamentalmente pacífico y centrado en renovar los templos y mejorar las ciudades.

Pero Hatshepsut no renuncia al poder ni cuando Tutmosis III alcanza la mayoría de edad. Durante casi dos décadas, Egipto tuvo dos faraones, la madre y el hijastro, que reinaron conjuntamente sin conflictos aparentes aunque ella llevó las riendas del país.

Hatshepsut ocupó el centro de una brillante corte radicada en la capital, Tebas. En ella, además de los miembros de la familia real y sus sirvientes, figuraba un gran número de cortesanos y oficiales que desempeñaban funciones civiles, religiosas y militares. Desde que Hatshepsut murió, su nombre desapareció de la historia.

La mujer que había osado proclamarse faraón fue objeto de una damnatio memoriae, la eliminación de toda referencia de su reinado, como si no hubiera tenido lugar. Hubo que esperar a los siglos XIX y XX para que los grandes estudiosos de Egipto restablecieran su memoria.

AU REVOIR!!

2 comentarios:

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