viernes, 12 de julio de 2019

Audrey Hepburn, la niña que engañaba a los nazis

¡Buenos días rockers!

¿Verdad que os gusta curiosear sobre la vida de los famosos? Pues esta historia no os va a dejar indiferente. Os invito a quedaros y descubrir la vida secreta de Audrey Hepburn, así que coged un snack sano (o no) y vuestra bebida favorita, ¡y a leer!

"Vivíamos sin nada que hacer, sin noticias, sin libros ni jabón... Durante bastante tiempo lo único que tuvimos para comer fueron bulbos de tulipán". Cuando Audrey Hepburn (Bélgica, 1929) explicaba algunos de los momentos de su adolescencia todos enmudecían. Tantos años después, las trágicas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial aún se apreciaban en su extrema delgadez y en la melancolía de su mirada, en esa fragilidad que la convirtió en un mito del cine.

El día que Audrey cumplió 16 años, los aliados liberaron de los nazis la ciudad holandesa en la que vivía, pero hasta entonces tuvo que enfrentarse a la muerte y a la miseria. La primera se llevo a miembros de su familia, a vecinos y amigos. "Vimos a hombres jóvenes ponerse contra la pared y ser tiroteados", reveló la actriz. Uno de esos hombres fue su tío. Otro, su hermanastro.

Audrey siempre recordó el miedo y las penalidades que marcaron su vida y se dedicó, durante sus últimos años, a ayudar a los niños más desfavorecidos como Embajadora de Unicef. La protagonista de Vacaciones en Roma había padecido enfermedades como anemia, asma e ictericia debido al hambre y el frío, y explicó que, cuando en 1945 la ayuda internacional llegó a su ciudad, se comió un bote de leche condensada y enfermó por el exceso de azúcar. Recordó aquel momento con infinita gratitud y siempre quiso devolver tanta generosidad.

Aunque, en realidad, muchos años antes, ya había hecho cuanto estaba en su mano para ayudar a quienes luchaban contra el terror nazi; porque, según su biógrafo, el periodista y escritor Barry Paris, Audrey trabajó para la resistencia holandesa.

Cuando su padre, un millonario británico afín al fascismo abandonó a la familia, Audrey tenía 6 años y se trasladó a Holanda con su madre y sus dos hermanastros. Creyeron que allí estarían a salvo de los nazis. Pero Alemania invadió el país en 1940 y todo cambió. Para que no descubrieran su origen inglés, su madre, Edda Van Heemstra, falsificó sus propios papeles y se los dio a Audrey, que empezó a llamarse Edda Van Heemstra para ir al colegio.

Fue en aquella época cuando Audrey, que había estudiado danza, bailaba para los amigos de su madre en el salón de su casa. Con las cortinas corridas para que nos los vieran y sin aplaudir al final para evitar el ruido, la recaudación se destinaba a la resistencia holandesa. "El mejor público que he tenido. No hacía ni un solo sonido al terminar mi actuación", confesó la actriz.
Sin embargo, sus actividades no quedaron solo en eso. Ya adolescente, Audrey siempre llevaba consigo sus zapatillas de ballet. Eran grandes para ella. Dentro escondía los mensajes que enviaba la resistencia. En uno de sus correos, la paró la Gestapo. Logró zafarse y se escondió en un sótano durante un mes. Cuando salió, los aliados habían empezado a liberar Holanda. Aquel fue el momento más duro, el conocido como "invierno del hambre" (1944/1945).

Los nazis embargaron toda la comida y miles de personas murieron de hambre y frío. "Si hubiéramos sabido que la ocupación iba a durar 5 años, nos habríamos suicidado", confesó la actriz con un susurro de voz, dejando entrever el fondo de tristeza que se alojaba en su corazón desde que era solamente un niña.
AU REVOIR!!

Texto de Lola Seguí para la revista Semana.

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