viernes, 17 de agosto de 2018

TODOS LOCOS

¡Buenos días rockers!

Con este título seguro que os preguntáis qué os tengo preparado para hoy. Pues hoy os voy a copiar un texto de Lola Clavero (escritora y periodista malagueña) que leí en el Levante de Castellón del 13 de agosto y que podéis encontrar y leer en este link si sois suscriptores de este periódico.

Os adelanto que Lola Clavero es muy dada al humor negro porque, según ella, el humor es una constante que se da hasta en las situaciones más trágicas (sobre todo en novelas). Dice, además, que ya es un tradición debido a que incluso Shakespeare usó humor negro cuando introdujo a los socarrontes enterradores en la tragedia Hamlet y que ella no ha descubierto nada nuevo.

Pues bien, después de esta pequeña introducción, os escribo el texto. ;)

"Para ser normales, todos necesitamos estar un poco locos, según ese proverbio popular que asegura que a todo ser humano le conviene una pizca de vena poética y una miaja de locura, y los posteriores estudios psiquiátricos que los verifican. Como ya sabemos, la sabiduría popular intuye mucho antes por la observación lo que la ciencia comprueba luego con sus sofisticados métodos y procesos arduos y minuciosos.

Pues bien, por lo hallado en estudios de prestigiosos investigadores como Gregorio Marañón y Vallejo Nájera, se confirma tal regla, "el desequilibrio psíquico, en límites moderados, es necesario al hombre que, en otro caso, sería un ente absurdo e improductivo". O sea, que aquellos humores que conforman el carácter humano, enumerados por el médico Juan Huarte de San Juan; melancólico, colérico, flemático y sanguíneo, no ha de estar dispuestos en medidas iguales, pues, al contrario de lo que hemos creído muchas veces, "el absoluto equilibrio psicofísico impide toda clase de reacciones sentimentales, intelectuales, volitivas e instintivas". Conclusión; un cuerdo absoluto es una especie de merluza congelada, que responde solo a impulsos motrices muy básicos, cual una suerte de replicante soso, antipático e incluso peligrosos y anormal en todo caso, porque la normalidad entre seres humanos parte de la premisa de la imperfección y la irregularidad, habida cuenta de que nuestras manos y pies no son simétricos y uno es siempre un poco más grande que otro, de ahí que, al comprar zapatos nuevos, uno nos apriete y otro no. 

[...]

Eso que se llama genialidad del autor reside en un diagnóstico de anormalidad endógena crónica, susceptible de desarrollarse aún más con el consumo de drogas y alcohol, tal y como se dio en Van Gogh y otros exponentes de la bohemia parisina; Toulouse-Lautrec, Utrillo y Modigliani.
Lautrec - Utrillo - Modigliani
Por fortuna, Picasso no necesitaba de tantas sustancias, carecía de inhibiciones y, por tanto, daba rienda suelta a sus impulsos estrafalarios sin pudor alguno. Una de sus mujeres, Françoise Gilot, decía que el malagueño era cualquier cosa menos racional. Se entiende que Picasso era un majarón, acuñado en la majaronería endógena malacitana, con la feliz habilidad de los pinceles. Solo un majarón genial puede pintar el cubismo de Picasso y por eso solo hay un Picasso. Eso no da margen alguno a discutir sobre los orígenes de Picasso. Su locura necesaria para el arte era majarona, o sea, malagueña, porque cada clase de locura, según el territorio que la da, tiene su denominación de origen.

No es lo mismo un fou en francés que un pazzo en italiano o un crazy inglés, aunque tengan características comunes; imaginación, originalidad y creatividad, pero según distintos matices. Cada loco tiene su modo de vivir y expresar su delirio. Tienen en común la excentricidad que es consecuencia de esa descompensación del carácter. Ser artista es una manera de ser que, como vemos, determina la genética. Hay grandes artesanos que aprenden con eficacia en talleres y conservatorios; técnicas de pintura, escritura y métodos de composición e interpretación, y ejecutan piezas virtuosas que carecen de esa chispa, de ese magnetismo del que están dotadas las obras del verdadero artista, aun siendo más imperfectas. Curiosamente, ese brillo, ese duende, ese nosequé se debe a una imperfección de carácter, perfectamente explicable por la ciencia. [...]

En definitiva, ser artista es una manera de ser, que hace difíciles las relaciones afectivas y sociales. El artista, al ser diferente, ni comprende ni es comprendido, lo que le lleva a la soledad. Y hasta que empieza a ser valorado, por lo general, demasiado tarde, es también tachado de improductivo e inútil.

Y, sin embargo, son los artistas los que hacen posible la industria del ocio, el cine, los museos, los conciertos, las Ferias del Libro... todas esas actividades lúdicas sin las que el tiempo libre de las personas integradas, cumplidoras y ordenadas de carácter serían un devenir insulso de horas muertas. Yo me pregunto qué pasaría si estos inútiles hicieran huelga, se cruzasen de brazos y dejaran de producir siete de los siete días de la semana, que son la jornada natural de un artista. ¿Qué atracciones entonces ofrecería el turismo de las ciudades; la industria del ocio que genera millones? [...]"

Y con esta reflexión os deseo un muy buen fin de semana. ¡A disfrutar amig@s!

AU REVOIR!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario!