lunes, 17 de septiembre de 2018

Joséphine Baker

¡Buenos días rockers!

No sé si conocéis a Joséphine Baker, una bailarina de pile de ébano que rompió moldes allá por donde pisó. Nació en Missouri en 1906 y murió en París en 1975. Se dedicaba a la danza, lo hacía desnuda a ritmo de charlestón y rompió con los estereotipos de su época. Una luchadora que participó en la resistencia y peleó toda su vida por los derechos civiles de su pueblo.

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La noche del 8 de abril de 1975, en el teatro Bobino de París no cabía un alma. La famosísima Joséphine Baker, de 68 años, celebraba sus 50 años de carrera con una actuación estelar. Entre el público se encontraba la plana mayor del mundo del espectáculo y de la cultura.

Solo unos pocos días después, la diva de ébano entró en coma repentinamente y falleció. Más de 20.000 personas se lanzaron a las calles de París para asistir a su funeral y rendir homenaje a la mujer que les había conquistado desde el escenario. La princesa Tam-Tam, la Venus Negra, la Sirena del Trópico era idolatrada por todos. Pero no siempre fue así.

Freda Joséphine McDonald nació en Saint Louis, Missouri, donde tuvo una infancia penosa. Su madre era lavandera y su padre un baterista de vodevil que las abandonó enseguida. Desde bien pequeña, su vida estuvo marcada por la escasez y el racismo. A los 12 años deja la escuela y consigue un trabajo de camarera. Es ya una adolescente tan luchadora como enamoradiza. A los 13 años se casa por primera vez con un jugador de béisbol, pero el amor expira antes de cumplir el año. La niña/mujer sueña entonces en convertirse en bailarina.

A los 16 años, se marcha a Broadway a ver si alguien repara en su talento, pero la respuesta siempre es la misma: "Demasiado flaca, demasiado negra". Machismo y racismo van de la mano. Pero Joséphine no se rinde y decide probar suerte en París. En los años 20, la ciudad de la luz baila a ritmo del jazz. Las jazz-bands y el charlestón reinan en los cabarets. La joven afroamericana no tarda en encontrar su sitio en la vibrante noche parisina, en espectáculos musicales como los de la La Revue Nègre o La Folie du Jour.

Lo que escandaliza a los americanos, encandila a los franceses. Su voz y su cuerpo, y sobre todo esa capacidad innata de expresarse libre y sin prejuicios, la convierten, de un día para otro, en la sex symbol del momento y en musa de poetas y pintores. De Picasso a Hemingway, todos caen rendidos ante esta mujer que rechaza el calificativo de exótica, y aparece siempre divertida, fuerte y provocativa.

Con el torso desnudo y una falda confeccionada con 16 bananas se presenta en el Music Hall de los Campos Elíseos bailando charlestón.  El éxito es arrollador. En solo un años se convierte en la artista más fotografiada y admirada de Europa. París la adora y ella le corresponde nacionalizándose francesa al casarse otra vez.

Cuando el ejército nazi ocupa París, la valiente Joséphine colabora con la resistencia francesa y actúa para las tropas aliadas. Finalizada la guerra, se casa con un director de orquesta y decide adoptar doce niños de etnias diferentes. Se hacen llamar "La tribu del arcoíris".

La familia multirracial recorre Estados Unidos, proclamando su protesta contra la discriminación. Infatigable y luchadora, participa junto a Martin Luther King en la célebre Marcha de Wasington de 1963, por los derechos civiles. Es la única oradora mujer que se dirige a la multitud. Hemingway dijo de ella que era la mujer más sensacional que había conocido... y no le faltaba razón.

AU REVOIR!!

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